miércoles, marzo 22, 2006

Me aburro

Llevo pensando desde hace unas semanas que todos somos tanto individualmente como en conjunto unos gilipollas sin solución.
No sé, hace ya tiempo que no mantengo una conversación mínimamente interesante con nadie, y probablemente sea más un problema mío que de los demás. En cuanto se siembra la polémica doy mi brazo a torcer en seguida, ya que sé perfectamente qué argumentos esgrimirá mi oponente y por donde me pillará si es inteligente, por lo que prefiero no iniciar ninguna discusión.
Osea, tengo la sensación de que nadie me va a sorprender hablando, que ya están todos los caminos más que trillados.

No me apetece tampoco demasiado escribir aquí ya que creo que me repito más que el tebeo.

¿Será así el resto de la vida? ¿ya no queda más por aprender?.
Que coñazo, ¿no?.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Primo Luis, entiendo tu argumento, de hecho me he planteado la misma cuestión alguna que otra vez.

No obstante y según mi humilde experiencia puedo decir que es pasajero.
Gracias a Dios el ser humano es de naturaleza curiosa. Cuando la próxima mosca pase por encima de nuestra mesa podremos discutir en que consistió su último menú!

No hay nada de malo en hablar de gilipolleces durante horas, o por lo menos no soy lo suficiente avispado para darme cuenta.
Yo diría que la mayoría de las reflexiones con un minimo de interés se hacen a solas, la conversación de los otros sirve para intercambiar información, pero pocas veces puede cambiar una opinión que esté asentada con un minimo de "seriedad", se necesita tiempo para decir cosas inteligentes.

Por supuesto notarás mi falta de lucidez, es debida al poco sueño y lo poco que pienso por estos lugares.

Por cierto, nos veremos mañana.

Joaquin

Anónimo dijo...

Querido Luisito de mis entretelas...

La capacidad de la sorpresa junto con la esperanza de la misma son dos de las cosas que debemos esforzarnos día tras día por no perder nunca.

No me cabe la menor duda (en lo poco que te conozco) de que tienes mucho que vivir y que aportar...
Y, por otro lado, todos tenemos momentos álgidos y no tanto en nuestras vidas.

Persevera e insiste, que cuando menos te lo esperes te verás sorprendido e inmerso en una tesitura diametralmente opuesta a la que en tus letras denuncias.

Un saludo y un abrazo de un fallero a otro!