domingo, noviembre 25, 2007

El pez gordo

Esto no es mio, es el discurso final de la peli "El pez gordo" (The big kahuna) que no hay que dejar de ver.
"Disfruta de la fuerza y belleza de tu juventud. No me hagas caso. Nunca entenderás la fuerza y la belleza de tu juventud hasta que se hayan marchitado, pero créeme dentro de veinte años, cuando mirando fotos te veas a ti mismo verás, como no puedes ver ahora, cuantas posibilidades tenías ante ti y lo guapo que eras en realidad. No estás tan gordo como te imaginas. No te preocupes por el futuro, o preocúpate pero sabiendo que hacerlo es tan efectivo como intentar resolver una ecuación de álgebra masticando chicle.
Es probable que los problemas más serios que te surjan en la vida sean cosas que ni se te pasaron por la cabeza, de ésas que te sorprenden un martes cualquiera a la cuatro de la tarde.
Todos los días haz algo que te dé miedo.
Canta.
No juegues con los corazones de los demás.

No aguantes que la gente juegue con el tuyo.

Cepíllate los dientes. No pierdas el tiempo sintiendo celos.

Unas veces irás ganado y otras perdiendo.
La carrera es larga y al final sólo compites contra ti mismo.
Recuerda los elogios que recibas, olvida los insultos, y si lo consigues dime cómo.
Conserva las viejas cartas de amor.
Tira los recibos viejos del banco.
Yérguete.
No te sientas culpable si no sabes qué quieres hacer en la vida. Las personas más interesantes que conozco no sabían qué querían hacer con su vida a los 22 años, algunas de las personas más interesantes que conozco tampoco lo saben a los 40.
Toma mucho calcio.

Trata bien a tus rodillas, las echarás de menos cuando te fallen.
Quizá te cases, quizá no.
Quizá tengas hijos, quizá no.

Quizá te divorcies a los 40.
Quizá bailes el rock cuando celebres las bodas de platino.

Hagas lo que hagas no te congratules demasiado ni tampoco te censures. Siempre has optado por una cosa u otra como el resto del mundo.
Disfruta de tu cuerpo, úsalo de todas las maneras que puedas, no le tengas miedo ni te preocupe qué piensan los demás de él. Es el mejor instrumento que tendrás jamás.
Baila, aunque no tengas donde hacerlo más que en el salón de tu casa.

Lee las instrucciones aunque no las sigas. No leas revistas de belleza, sólo harán que te sientas feo.
Conoce a tus padres, nunca sabes cuando se irán para siempre.

Sé bueno con tus hermanos, son el mejor vínculo con tu pasado y los que probablemente seguirán contigo en tu futuro. Entiende que los amigos vienen y se van pero que hay unos pocos escogidos que debes conservar.
Esfuérzate en no desvincularte de ciertos lugares y costumbres porque cuanto más mayor te hagas más necesitarás a las personas que conociste cuando eras joven.

Vive en N.Y. alguna vez pero vete antes de endurecerte.
Vive en el norte de California alguna vez pero vete antes de ablandarte.

Viaja.

No te hagas demasiadas cosas en el pelo o cuando tengas 40 años parecerá el de alguien de 85.
Ten cuidado con los consejos que compras y ten paciencia con quienes te los vendan. Los consejos son una forma de nostalgia, ofrecerlos es una manera de rescatar el pasado del vertedero, sanearlo, pintar las partes feas y reciclarlo dándoles más valor del que tienen.
Pero créeme en lo del protector solar."

martes, noviembre 20, 2007

Cajas negras

No estoy seguro, pero me gusta pensar que somos todos distintos. Me fascina ver como las personas son cajas negras en las que entra un montón de información que es procesada y devuelven una respuesta que a su vez transforma ligeramente la misteriosa forma en que se procesa la información dentro de la caja.
Hay modelos más o menos consensuados de esas cajas y muchas personas que se dedican a estudiarlas: publicistas, psicólogos, sociologos, charlatanes... Pero nunca dan del todo con la tecla, lo cual apoya mi hipótesis de que no somos todos iguales. Cualquier persona te puede sorprender si sabes darte cuenta.

viernes, noviembre 09, 2007

Cientoveintidos ojos

Cientiveintidos ojos. Unos cuantos conos de visión que revisan la estancia o reparan en detalles. Procurando no coincidir en la misma trayectoria y sentidos contrarios.

Cientoveintidos ojos y una nube de fotones que conforman la realidad de ese momento. Mensajeros que viajan libres, con su longitud de onda como único equipaje.
El sistema no es muy eficaz, muy pocos fotones caen en un pozo negro de visión y entregan la buena nueva a entre 50 y 100 kg de materia orgánica compacata y organizada . Ocurren entonces pequeñas explosiones internas. Una célula se llena de calcio. Transducción de señales. Carga eléctrica, reacciones químicas y de nuevo electricidad. Asociación de mil millones de reacciones que se pasan la bola las unas a las otras como un engranaje perfecto. La señal se disipa en tu cerbro, que se llena de realidad.

Y sí, estás en un vagón de metro. Hay 61 cerebros consumiendo realidad en este momento. Hacinados. Haciendo algo para lo que no fueron específicamente diseñados. Versátiles. Adaptados a moverse en cajas de hierro bajo toneladas de tierra. El hombre-topo.

Y eso que hoy el metro está vacio.

Acabas de darte cuenta de todo. Acabas de nacer. Sientes la gravedad en tus piernas. Gracias a Dios, piensas, existe la gravedad. La materia busca normalmente a la materia . El 99.99% de la materia intentará estar pegada a más materia, son sólo unas toneladas las que no cumplen esta norma. Pajaros y aviones lo intentan. Los astronautas lo han conseguido.
Pero normalmente la materia se anhela. Las cosas tienden a acercarse. Todas las partículas quieren formar una sola. Cuando lo consiguen desaparecen de la realidad en un misterioso agujero negro.

Oyes. No es tan distinto de sentir la gravedad. Son pequeños golpes que el aire da en tus oidos. Las cosas al moverse y al chocar empujan aire. Eso es el sonido. Que raro, ¿verdad?. No sé, odemos dejarnos robar la cartera en una multitud sin darnos cuenta y sin embargo una moneda que cae a 10 metros de nosotros nos golpea en el oido. Qué caprichosa es nuestra realidad.

Bueno, Nuevos Ministerios. Aquí te quedas tú.