domingo, enero 28, 2007

Perversiones asturianas

Coloridas y brillantes sensaciones, germinadas en los lejanos abismos de un gran puchero fascinante bailaban sobre sus papilas, como rindiendo culto a un olvidado dios tranquilo y sensual.

Pero graves semblantes auspiceros recusaban su actitud.

Los edénicos vaivenes incitaban a despertar a los ingredientes del hechizo, que desfilaban como reviviendo sobre su exhausta y sobrecargada sensibilidad, unidos por el Hombre y el Fuego para comulgar en el milagro de la deglución.

Pero hoscos rostros desaprovaban el trance, conocedores de los indómitos espíritus que ahora entraban en su cuerpo.

Y, al cabo, se trocó en transgresiva la otrora suculenta esencia de su paladar. De lo que antes fue vida, emanó la muerte.

Pronto, se insinuaron objecciones al sinuoso hilo argumental de su colofón espinal y en cayendo la suave brisa de lo ya insólitamente añejo, apreciose por la concurrencia la inquietante naturaleza de nuestra percepción de lo inmaterial.
Hallose sugestivo cómo gobierna súbitamente nuestro haber y nuestro debe, para disparar tentativas de galope desde lo profundo reprimidas sólo por la más exterior de las capas de la sesera.
Y muchos supieron entonces el porqué.



2 comentarios:

Pisaverde dijo...

Dejemoslo en experimentación poco afortunada. Casi me quedo dormido releyendolo.
Además, que petulante, no?

Pues no lo voy a borrar, aquí tiene que haber de todo.

Joaquín Martín Díaz dijo...

Que va primo, poesía con la que nos adornas la rutina!!
Aunque un tanto escatológico.

Un abrazo