Resulta que los susodichos granos (que el lector inteligente habrá adivinado que no son los de la cara) se comportan como les viene en gana, provocando dolores en más de una canosa y calva cabeza. Todo empezó cuando alguien se dió cuenta de que el volumen de grano que se puede meter en un silo es mucho menor en la práctica que el volumen que el silo ofrece. Es decir, que mientras en el silo caben 150000 litros de aire, sólo caben 135000 litros de trigo (que el lector no solo inteligente sino además entendido habra adivinado que son 2,7 * 10 E9 granos).
Bueno, pues según las conclusiones de los frikis estos (los de la física de granos) resulta que el grano forma cúpulas relativamente estables en el interior de los silos, de forma que hay espacio ocupado por aire y no grano. Así, dicen, se comportan a la vez como sólidos y cómo líquidos. Hay gente que realmente se ralla y sufre con esto (comprendamoslos) .
El caso es que hoy he llegado a casa y fascinado, he decidido que hay que inventar una "física de la ropa amontonada", ya que se comporta también de una forma muy curiosa. La ropa que puse al principio del montón aparece repentinamente en lo alto causando quebraderos de mi aun no canosa ni calva cabeza. Al final lo que se suponía superpuesto en capas adopta una estructura amorfa y caótica en la que se multiplican las posibilidades de pérdidas de objetos personales alojados en bolsillos.
Claro, yo entiendo que una investigación así es menos interesante, porque mientras a los "fisicos de los granos" (realmente, es que suena fatal), les subvencionan las grandes compañías de materiales granulosos para almacenarlo y tol rollo (imaginad toda la cantidad de depositos que hay de carbón, de arena, de Pelotazos®....). Mi estudio de la "física de la ropa amontonada" sólo recibiría subvenciones del mercaillo de los gitanos y de la departamento de oportunidades del corte ingles.
Pero bueno, sin pelas, no hay progreso, la vida es asín.
Bueno ya he soltado la paranoya de hoy.
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