sábado, mayo 06, 2006

Historia de un electrón II

Durante un tiempo estuve de aquí para allá, bastante desubicado, todo era nuevo para mí, . Iba con una velocidad pasmosa ,como siempre, pero esta vez en línea recta. Bueno, al menos hasta que me acercaba a algúna molécula de la atmósfera, entonces giraba bruscamente (hasta 180 grados) y seguía lanzado en otra dirección. Bien, ya no daba vueltas a lo mismo, pero mi camino era caótico, incontrolable.

Estuve surfeando por la atmósfera algún tiempo , hasta que un día me topé con un cable de alta tensión. No sé por qué, allí todos los demás estaban acelerados. Así que me dije, ¿que remedio? y en un plís me vi corriendo con ellos.
Al principio no estaba mal, tenía su gracia correr un poco, te pones en forma. Pero no podías hablar con nadie, no era como la rutina de correr siempre con los mismos a lo largo de la molécula, donde conoces a todo el mundo (total, son 37 electrones más y tú), aquí no conocías a nadie, era la marabunta.
Además todo el mundo parecía tener muy claro donde tenía que ir, pero cuando apenas habían avanzado unos nanometros, en seguida se volvían para atrás y yo no tenía más narices que darme la vuelta y correr con ellos. Cuatro nanometros más y otra vez media vuelta. Corriente alterna le decían. Un poco al estilo de los San Fermines. Que peña más aburrida.

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