sábado, mayo 06, 2006

Historia de un elelctrón IV

(yo que tú empezaría la historia desde el principio, tres posts más atrás)

Ví mundo así, era bastante cansado pero sencillo. Me movía por la red como Pedro por su casa. En cuanto salía algún cable hacia algún pueblecito costero me daba un garbeo por allí, me metía en algún aparato doméstico y disfrutaba de la experiencia. Aprendes cosas: a no quedarte atrapado en la electricidad estática, a no meterte en la tele (no veais que estrés, poco más y me lanzan al vacio en un tubo lleno de no se qué gas).

Tarifa me enamoró, se respiraba libertad. Me encantaba su faro. Unas vistas increibles. Y además iluminadas por tí (bueno, y por los demás). Auque también era gas aprendí a cogerle el tranquillo. Además lo de fluorescer es una pasada. Luego, de día me buscaba mi rinconcito, cerca de la playa, en algún ventilador viejo o en alguna plancha de chiringuito y me ponía a tomar el Sol. Siempre tuve deseos de bañarme en el agua, pero me era inaccesible, no hay cable que llegue al agua, y por experiencia había aprendido que el mundo fuera del cable es oscuro y peligroso.

(continuará)...

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