martes, marzo 15, 2005

Primicias

A continuación me dispongo a relatar dos primicias, que en mi espíritu investigador, he conseguido en exclusiva (los nombres son ficticios, por supuesto).

Primicia 1: El culo de Pepe - En uno de tantos viajes a Los Caños, estaban mi amigo Pepe y Jaime en las duchas del camping Camaleón. Habían pasado un estupendo día de playa y se disponían a salir, por lo que estaban charlando animadamente cada uno desde su ducha. Había otras cuatro o cinco personas más en las duchas.
Pepe, como consecuencia del aire seco y del Sol, se había cortado el labio (por el centro, como siempre) y llamaba cariñosamente a la cicatriz "el culo", por la clara semejanza con la zona corporal.
El caso es que al salir de la ducha, Pepe se acerca a Jaime y le pregunta "Me está escociendo el culo, ¿como lo ves tú?" , y Jaime le responde, "A ver...", y al momento, "está más abierto que ayer, esta noche te tendrás que volver a poner vaselina". Hasta que no se terminaron de vestir, se fueron, y pasaron 10 minutos, el resto de la gente no salió de las duchas.

Primicia 2: Atrapado en el Cine - En esta ocasión, que fue ya hace unos años, fueron Pepe y unos cuantos
al cine a ver una peli, y una de las niñas no tuvo más remedio que llevarse a su hermano de 13 o 14 años que al parecer era muy, pero que muy pesado. Se había pegado toda la tarde dando el coñazo, y la pandilla entera estaba hasta las narices.
Bueno, pues 5 min después de empezar la película, el niño, que estaba sentado al lado de Pepe, empezó a dar la tabarra, siendo ignorado de forma estoica y admirable por éste, que le dijo que hasta que no acabase la película no le viniese con problemas.
El niño se conformó y cuando acabo la película se levantaron todos para irse menos él. ¿Que ocurría? ¿Que pasaba?. El chaval se había quedado atrapado la butaca de delante al meter un dedo en el posavasos (en un agujerito que tiene en el centro de la base, Dios sabe con qué fin). Cuando avisó a Pepe acababa de meter el dedo y quería levantarse porque se estaba meando (o haciendo pis, perdón), y ahora, dos horas después, estaba meandose locamente y además aprisionado a una butaca como lo está una alimaña a un cepo.
Para empezar, tuvo que evacuar en una botella vacía de agua mineral (que además llenó dos veces) y después, acudió el acomodador y probaron con jabón pero no pudo ser, debido a que tenía el dedo como una salchicha vienesa. Así que tuvo que venir el de mantenimiento y desmontar el posavasos con niño incluido y aserrarlo luego ante la aterrorizada mirada del chaval. Según el de mantenimiento, que era veterano, no era la primera vez que ocurría esto.
En fin, a estudiar.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Yo tengo un amigo al que llamaré Pepe, mu parecido a este que te acabas de inventar, con muchas mas primicias que contar (vease el Bar Roche)

Pisaverde dijo...

Caerá la del Bar Roche, amigo Spuknick. Ya me la inventaré un día.